Preparando a sus hijos para terremotos y tsunamis

Image of kids protecting themselves under a table

Como padre o cuidador, su primera prioridad es mantener seguros a sus hijos. Los psicólogos han demostrado que los niños se enfrentan con mayor eficacia a un desastre natural cuando saben que hay cosas que ellos y su familia pueden hacer para protegerse. Proporcionando información apropiada para su edad los ayudará a comprender lo que podría suceder y disminuir su ansiedad si ocurre un desastre natural. Involucrando a sus hijos en el proceso de preparación reducirá las preocupaciones de ellos.

Los niños pueden sentir los temas con los que usted se siente incómodo hablando: cuanto mejor preparado esté y más dispuesto esté a responder cualquier pregunta que puedan tener, más seguros se sentirán.

Actividades para empezar:

Tres pasos sencillos

Paso 1: Practique los simulacros de "Agáchese, cúbrase y sujétese" en casa o en las escuelas o preescolares. Cuente cuánto dura su terremoto ficticio: una excelente manera de aprender números y ayudar a mantener la calma cuando ocurre un terremoto real.

 

Protéjase durante el terremoto.

Paso 2: Trabaje con sus hijos para armar una mochila de emergencias personal. Hable acerca de qué artículos deben ser incluidos y deje que sus hijos elijan un juguete de peluche, una manta o un libro favorito.

Prepare your children for earthquakes and tsunamis

Paso 3: Realice simulacros de evacuación familiar en caso de tsunami. Después de haber hecho el ejercicio varias veces, deje que sus hijos guíen el camino. Cuanto más practique, más familiar se volverá el proceso.

Image of a tsunami evacuation route

No deje que el miedo se apodere de su conversación

Después de que ocurra un desastre, limite la cobertura de los medios sobre el desastre: si los niños van a ver televisión o material de video, considere grabarlo y obtener una vista previa del material. Luego mírelo con ellos para que pueda responder preguntas y ayudarlos a procesar la información. Los niños (y los adultos) no se benefician de los detalles gráficos ni de la exposición repetida a imágenes o sonidos perturbadores. Las secuelas de una crisis son un buen momento para desconectarse de todos los medios y sentarse juntos y hablar en familia.

Este es un consejo útil incluso si no vive en un área propensa a terremotos o tsunamis. Se aplica a incendios, inundaciones u otros eventos que podrían afectar el lugar donde vive. ¿Y alguna vez ha ido de vacaciones a la playa? Visitantes de 153 países, incluyendo los Estados Unidos, se vieron afectados por el tsunami del Océano Índico del 2004. Siempre revise los consejos de seguridad con la familia, ya sea que esté en casa o en el extranjero.

El conocimiento y la práctica pueden hacer una gran diferencia

Ahora que ha pasado tiempo hablando con sus hijos sobre terremotos y tsunamis, comparta con ellos el impacto que el conocimiento puede tener en sus vidas y en quienes los rodean.

Photo of Tilly Smith

Tilly Smith

El 26 de diciembre de 2004, Tilly, de 10 años, estaba en la playa de Tailandia con su familia. Había aprendido sobre los tsunamis en la escuela y les dijo a sus padres que se acercaba un tsunami cuando vio que las olas se volvían más caóticas y el agua se retiraba. Ella y su familia convencieron a la gente de evacuar la playa y el gerente del hotel les dijo a todos que fueran a los pisos superiores del edificio. Su pensamiento rápido salvó la vida de 100 personas.

Martina Marturana

Martina, de 12 años, vive en la isla de Robinson Crusoe frente a la costa de Chile. El 27 de febrero de 2010 sintió un ligero terremoto que duró mucho tiempo. Llamó por teléfono a su tío en el norte de Chile, quien les dijo que acababa de ocurrir un terremoto enorme. Miró por la ventana y notó que los barcos en el puerto se movían de una manera inusual y corrió a tocar una campana de alarma en la plaza del pueblo. ¡Se le atribuye haber salvado más de 600 vidas!

Photo of Martina Marturana

Photo of Abby Wutzler

Abby Wuzler

Abby Wutzler, de Wellington, Nueva Zelanda, estaba de vacaciones en Samoa el 29 de septiembre de 2009 cuando notó que el océano se estaba retirando. Le habían enseñado sobre las señales naturales de advertencia de un tsunami en la escuela y corrió de un lado a otro de la playa gritando que se acercaba un tsunami. “Recuerdo mirar debajo de mis brazos y ver muchos árboles aplastados y siendo aplastados entre el agua marrón, girando y matando todo a la vista”, relató. Muchos otros turistas le dan crédito a la advertencia de Abby por haberles salvado la vida. Por sus esfuerzos para salvar vidas, el Ministerio de Defensa Civil de Nueva Zelanda le otorgó un certificado de reconocimiento.

Estudiantes de Unosumi y el Milagro de Kamaishi

En Kamaishi, una escuela primaria y secundaria se encontraban justo fuera de la zona de peligro de tsunami ubicada en el mapa. El procedimiento estándar era evacuar al tercer piso de la escuela si se sentía un terremoto fuerte o se emitía una alerta de tsunami.

Pero los estudiantes de secundaria formaban parte de un programa de educación sobre riesgos especiales y se les había enseñado a:

  • Evaluar la situación ellos mismos.

  • Hacer todo lo que puedan para estar a salvo.

  • Tomar la iniciativa en la evacuación.

Después del terremoto, los estudiantes de la secundaria se dirigieron inmediatamente a tierra adentro y elevada. Los estudiantes de la escuela primaria de al lado los vieron y los siguieron. Los estudiantes mayores ayudaron a los más pequeños a llegar a un área segura y nadie murió a pesar de que ambas escuelas quedaron completamente destruidas.

Students evacuating during the 2011 Japan tsunami in Unosumai

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